El Ser Humano y El Animal
La vida del animal es un continuo presente. El animal vive sin reflexión y entregado continuamente por entero al presente; la mayor parte de los hombres vive asimismo con muy poca reflexión. Otra consecuencia de la índole del intelecto animal es la estrecha conexión de su consciencia con su entorno. Entre el animal y el mundo externo no hay nada, pero entre nosotros y ese mundo están siempre nuestros pensamientos sobre él y a menudo nos lo hacen inaccesible o viceversa. Solo entre los niños y los hombres muy incultos este antemural es tan tenue que, para saber lo que les pasa, solo se necesita ver lo que les pasa. Por eso, los animales tampoco son capaces de albergar propósitos o disimulos; son incapaces de asechanza alguna.
La vida del animal es un continuo presente. El animal vive sin reflexión y entregado continuamente por entero al presente; la mayor parte de los hombres vive asimismo con muy poca reflexión. Otra consecuencia de la índole del intelecto animal es la estrecha conexión de su consciencia con su entorno. Entre el animal y el mundo externo no hay nada, pero entre nosotros y ese mundo están siempre nuestros pensamientos sobre él y a menudo nos lo hacen inaccesible o viceversa. Solo entre los niños y los hombres muy incultos este antemural es tan tenue que, para saber lo que les pasa, solo se necesita ver lo que les pasa. Por eso, los animales tampoco son capaces de albergar propósitos o disimulos; son incapaces de asechanza alguna.
En general, los animales
juegan siempre, por decirlo así, con las cartas boca arriba: por eso nos
complace sobremanera su mutuo trajinar, tanto si pertenecen a la misma especie
como si son de especies distintas. Cierto sello de inocencia caracteriza su
conducta, en oposición al comportamiento humano, que se ve alejado de la
inocencia de la naturaleza por la entrada en escena de la razón y con ella de
la reflexión. El obrar humano tiene el sello de la premeditación, cuya ausencia
(y con ella el verse determinado por el impulso del momento) constituye el carácter
fundamental de todo obrar animal. Ningún animal es capaz de albergar
propiamente un propósito; concebirlo y perseguirlo es el privilegio del hombre,
y este privilegio tiene graves consecuencias.
Todo esto tiene su fundamento último en la relación
entre el intelecto humano y el del animal, lo cual puede expresarse también
así: los animales tienen simplemente un conocimiento inmediato y nosotros
tenemos junto a este un conocimiento mediato, y el privilegio de lo mediato
sobre lo inmediato se refleja en varias cosas, como por ejemplo en la
trigonometría y el análisis, en que la máquina sustituya al trabajo manual,
entre otras.El tema principal del texto presenta las diferencias entre el
- sentir del hombre y el intelecto del animal
intelecto del ser humano y el del animal- instinto humano y la inconsciencia animal
- presente del hombre y el futuro del animal
- uso de herramientas del hombre y el animal
En virtud del contexto, el termino PROPÓSITO usado en el segundo párrafo
significa
- Acción
Plan- Ubicación
- Reacción
- Método
El autor estaría en desacuerdo con la afirmación de que el
comportamiento humano carece de inocencia debido
- a la razón
- al análisis
- a la reflexión
- a la educación
al instinto
Del texto leído se puede deducir, que desde la perspectiva
Previsibilidad- Mediatez
- Proyección
- Trascendencia
- Anticipación
Si los hombres fuesen incapaces de privilegiar lo mediato sobre lo
inmediato, sería imposible
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